
La situación a fin a la esclavitud que en Roma se dio con
frecuencia fue la del colonato. Los colonos (coloni) eran arrendatarios de
tierra en situación de dependencia, que se hallaban adscriptos a la gleba
(glebae adscripti) y debían pagar un canon por el fundo que ocupaban y que no
podían abandonar bajo pena de esclavitud. El propietario tampoco podía separar
al colono de la tierra, ni vender el predio sin colono, ni a éste sin el fundo.
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